DON'T WORRY




Lichtinstallation von Martin Creed
am Kirchturm von St.Peter in Köln

so leuchtet es vom romanischen Kirchturm Sankt Peters in die Stadt hinaus.

DON'T WORRY,

so lautet auch der Titel dieser Lichtinstallation
des Londoner Künstlers und Turner-Preisträgers Martin Creed.
Die anderen drei Turmseiten übersetzen den zunächst recht banal klingenden englischen Schriftzug
ins Lateinische, Griechische und ins Deutsche

NOLI SOLICITUS ESSE - MH MEPIMNA - SORGE DICH NICHT.

Aus der Mitte dieses Sprachgewirrs
muss sich der Leser sein persönliches Verständnis erarbeiten
und mag für sich dabei die Gute Nachricht der Bergpredigt herausfiltern.
Für Sankt Peter und seine Kunst-Station verkündigt sie dabei beides:
das Unbedachte des Dahingesagten und das Befreiende des Bedachten.

So leicht sich der Satz für den gebildeten und bibelkundigen Leser
in der Bergpredigt Jesu verorten lässt,
so leichtgewichtig wirkt sein englischer Sinngehalt.
Er schmeckt trendgemäß nach happyness und wellness
und ist nicht zufällig vom benachbarten Kölner Agrippa-Erlebnis-Bad aus zu sehen:
Don't worry, so liest er sich - be happy, so klingt er nach.

Doch in den faden Geschmack moderner Verdrängungsmechnismen
brechen Creeds Doppeldeutigkeit und der Ernst des Evangeliums ein:

Sorgt euch nicht um euer Leben und darum, dass ihr etwas zu essen habt,
noch um euren Leib und darum, dass ihr etwas anzuziehen habt.
Ist nicht das Leben wichtiger als die Nahrung
und der Leib wichtiger als die Kleidung?
(Mt 6,25)

Das Wort Sorge steckt in vielen Sprachen gewichtige Bedeutungsfelder ab.
Diese erstrecken sich meist in zwei Richtungen: ins Gefühl und ins Handeln.
Zum einen konnotiert es mit Bange, Gram, Kummer, Zweifel...,
zum anderen mit Anstrengung, Mühe, Pflege, Streben, Ehrgeiz...
Sorge umreißt vielfältige Lebensschatten,
aber auch das Bemühen um Abhilfe im Sinn von Vor- und Fürsorge.
Selbst in der Heiligen Schrift wird die Sorge auf vielfältige Weise bewegt.
Oft sind die Erfahrungen von Unsicherheit und Furcht ein Anlass,
Gott zur Sprache zu bringen.

Dem Herrn allein soll die Sorge anvertraut werden.
Wirf deine Sorge auf den Herrn, er hält dich aufrecht!
Er lässt den Gerechten niemals wanken.
(Ps 55,23)
Wenn Gott den Mittelpunkt des Lebens einnimmt,
dann ist jede Sorge gebrochen, ja unnütz,
so heißt der Grundgedanke.

Auch für die Botschaft Jesu gilt dieser Grundsatz.
Im Neuen Testament gibt es nur eine sinnvolle Sorge, die um das Reich Gottes.
Darum dürfen die Bemühungen um die alltäglichen Dinge
keine Überhand nehmen und zur Sorge werden.
Solche Sorgen würden die Offenheit für das Wort abschließen und verstopfen
(vgl. Mk 4,19; Lk 8,14 u.a.).
Was sich aus dem Evangelium nahe legt, ist eine Unterscheidung
zwischen den vielen unumgänglichen kleinen Sorgen im Alltäglichen
und der einen lähmenden Sorge, die in der selbstverkrampften Sorge um sich selbst ruht
und so den Menschen lähmt.
Darum sind in theologischer Hinsicht die Sorgen
ein Aufruf zum Glauben und Vertrauen,
ein Anlass, sich an Gott zu wenden,
sich von ihm über alle Sorgen hinweg behütet zu wissen.

Foto und Text:
Jesuitenkirche und Kunststation St.Peter Köln
www.sankt-peter-koeln.de


DON'T WORRY

 

Instalación luminosa de Martin Creed
              en la torre de la Iglesia de St. Peter de Colonia

así resplandece la torre románica de la Iglesia de Sankt Peter
en la ciudad.

NO TE PREOCUPES
(Don’t Worry)

así dice también el título de esta instalación luminosa
del artista londinense, galardonado con el premio Turner, Martin Creed.
Los otros tres lados de la torre traducen al latín griego y alemán,
la sonora frase inglesa, en principio bastante banal.

NOLI SOLICITUS ESSE – MH MEPIMNA – SORGE DICH NICHT.

En medio de este enredo semántico
el lector tiene que elaborar su propia comprensión
y además puede filtrar para sí la Buena Noticia del Sermón de la Montaña.
Para San Pedro y su Centro Cultural anuncia además estas dos cosas:
Lo desatinado de lo dicho aquí y lo liberador de lo reflexionado.

Para los lectores formados y expertos en Biblia,
la frase se puede localizar muy fácilmente en el Sermón de la Montaña de Jesús,
tan fácilmente actúa su sentido inglés.
Sabe bien según la tendencia de happyness y wellness
 y no es fortuito verla en el cercano Baño de Agrippa de Colonia.
En no te preocupes, resuena ser feliz.

Pero en el sabor insípido de los modernos mecanismos de represión,
penetra la ambigüedad de Creed y la seriedad del Evangelio:
“No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis,
ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis.
¿No vale más la vida que el alimento
y el cuerpo más que el vestido?” (Mt 6,25)

La palabra preocupación delimita en muchas lenguas
importantes campos semánticos.
La mayoría de las veces éstos se dirigen en dos direcciones:
a las sensaciones y al actuar.
En una tiene la connotación de inquietud, pesar, pena, duda…
en la otra de esfuerzo, cuidado, aspiración, ambición…
Preocupación esboza múltiples sombras existenciales,
pero también el esfuerzo por el remedio
en el sentido de la previsión y de la asistencia.
Incluso en la Sagrada Escritura
la preocupación se conmueve de modo múltiple.
A veces las experiencias de inseguridad y de temor son ocasión
para poner a Dios sobre el tapete:
Descarga en el Señor tus preocupaciones, y Él te sostendrá;
jamás permitirá que el justo desfallezca. (Sal 55,23)
Cuando el Señor ocupa el punto central de la vida,
entonces toda preocupación se quiebra, se hace superflua,
esto significa la idea fundamental.

También en el mensaje de Jesús rige este axioma.
En el Nuevo Testamento sólo hay una preocupación llena de sentido,
que gira en torno al Reino de Dios.
Por éste, ningún esfuerzo en torno a las cosas de la vida diaria
puede ser excesivo y convertirse en preocupación.
Tales preocupaciones acabarían con la sinceridad de la Palabra y la obstruirían
(cf. Mc 4,19; Lc 8,14 y otros).

Lo que se insinúa en el Evangelio, es una distinción
entre las muchas pequeñas e indispensables preocupaciones de la vida diaria
y la única preocupación paralizante, que descansa sobre sí mismo
en auto-crispada preocupación
y de este modo paraliza a los seres humanos.
Por eso, las preocupaciones son, en referencia teológica,
un llamamiento a la fe y a la confianza,
una ocasión de dirigirse a Dios,
de saberse protegido por Él más allá de todas las preocupaciones.

Foto y texto:
Jesuitenkirche und Kunsstation St. Peter köln
www.sankt-peter-koeln.de