Am 15. August feiern wir das
Fest der
leiblichen
Aufnahme Marias in den Himmel: 
      "Mariä Himmelfahrt" 
      Dieses Fest bedeutet für
uns
hoffnungsfrohe
Verheißung: 
      Wir sind wie Maria durch den Tod und die
Auferstehung
Jesu Christi "erlöst". 
      Wenn die ganze Weltgeschichte der
Aufstände
gegen Gott, 
      die Geschichte der Verwirrung und der
Schuld
und auch allen redlichen Bemühens 
      zu Ende sein wird, wird auch unser
Dasein
"geheilt" sein (Jörg Zink), 
      werden wir "Himmel" erfahren: Gottes
andauernde,
liebevolle Nähe 
      und unsere eigene beglückende
Vollendung. 
      Stefan Lochners "Gottesmutter in
der
Rosenlaube"
ist 
      ein Bild des "Himmels" oder - anders
ausgedrückt
- des "Paradieses". 
      Nicht ausdrücklich ein Bild der
"Himmelfahrt
Mariens", 
      wohl aber anknüpfend an jene alte
Legende, 
      nach der die Jünger Jesu nach dem
Tode
Mariens noch einmal 
      deren Grab öffneten und nichts
fanden,
als eine 
      Überfülle wunderbar duftender
Blumen. 
      Dementsprechend haben manche
Künstler
des Mittelalters 
      aus dem Geist der Mystik Maria inmitten
von
Blumen, 
      bzw. inmitten eines
"Paradiesgärtleins"
gemalt, 
      inmitten eines Ortes also, an dem der
Mensch
so ist, wie Gott ihn gemeint hat. 
      So malt auch Stefan Lochner die
Madonna in
der Rosenlaube, 
      umgeben von musizierenden Engeln,
      
      von Gott gesegnet und vollendet,
erfüllt
vom Heiligen Geist. 
      In Maria ist ein Mensch jetzt
schon 
      von aller Zerrisenheit und
Heimatlosigkeit
erlöst 
      und in Gottes Nähe geborgen.
      
      Das ist das Paradies. 
      Auf diesem Hintergrund ist auch
die
alte Tradition
in der katholischen Kirche 
      zu deuten, nach der am Fest "Mariä
Himmelfahrt" 
      heilbringende
Kräuter und
bunte,
duftende
Blumen gesegnet werden.  
      
      
      
      Maria
en la Rosaleda
      
       
      
      Stefan Lochner, “La
Madre
de Dios en la rosaleda”, siglo XV
      
      
      El 15 de Agosto celebramos
la
fiesta del recibimiento
       de María en el
cielo:
      “La Asunción de
María”
      
      Esta fiesta significa para
nosotros promesa alegremente esperanzadora:
      Nosotros, como María,
somos “salvados”
      por la muerte y
resurrección de Jesucristo.
      
      Cuando toda la historia
universal de las rebeliones contra Dios,
      la historia de la
confusión y de la culpa 
      y también de todos los
esfuerzos de buena fe
      lleguen al final, también
será “sanada” nuestra existencia
      (Jörg Zink),
      experimentaremos el
“cielo”: la
cercanía amorosa y continua de Dios
      y nuestra propia
realización gozosa.
      
      “La Madre de Dios en la
rosaleda” de Stefan Lochners
      es una imagen del cielo o
–
expresado de otra forma –
      “del paraíso”.
      No es expresamente una imagen de
la “Asunción de María”,
      pero sí está
ligada a aquella antigua leyenda,
      según la cual, los
discípulos de Jesús después de la muerte de
María,
      abrieron otra vez su tumba y no
hallaron más que una superabundancia
      de flores de maravillosa
fragancia.
      Conforme a esto varios pintores
de la Edad Media
      del espíritu de la
mística, pintaron a María en medio de flores,
      en referencia al centro de un
“jardincito del paraíso”,
      por consiguiente, en medio de un
lugar en el que el ser humano 
      está como Dios le
había creado.
      
      También así pinta
Stefan Lochner a la Madonna en la rosaleda,
      rodeada de ángeles
músicos,
      bendecida por Dios y consumada y
realizada por el Espíritu Santo.
      Ahora ya hay en María un
ser humano
      salvado de toda división
y falta de patria
      y segura en la cercanía
de Dios.
      Esto es el paraíso.
      
      Con este fondo también
hay que señalar la antigua tradición
      en la Iglesia católica,
según la cual
      después de la fiesta de
la “Asunción de María”
      son bendecidas hierbas
saludables y flores olorosas y policromas.