Homilía para el Domingo Vigésimo Noveno
del ciclo litúrgico C

16 Octubre 2016
Lectura: Ex 17,8-13
Evangelio: Lc 18,1-8
Autor: P. Heribert Graab, S.J.
Percibo de forma espontánea en ambas Lecturas
que ¡Dios con tu oración se siente importunado, se pone ‘de los nervios’   
¡En todo caso que no cese la oración aunque no se cambie nada de momento!
Pero sobre todo: ¡Ofrécele verdaderamente tiempo a aquel para el que oras!
Un ‘Padre Nuestro’, una intercesión,
un pensamiento…
¿es suficiente – p.e. como signo de cercanía y de unidad, como amistad vivida, como solidaridad pedida?   

Silencio

Pero para muchos de nosotros hay otra pregunta por lo menos igual de inaplazable:
En general ¿me escucha Dios?
O ¿la oración es posiblemente algo así como telefonear y al otro extremo del hilo generalmente no hay nadie que escuche?   

¿Calla Dios?
Sin embargo, volvemos hacia nosotros el reproche:
Somos demasiado ruidosos…
¡Ante el fuerte ruido no oímos nada en nosotros ni a nuestro alrededor!


¡Ser todo oídos!
¡Pero también estar totalmente presente con todos los sentidos!   
No sólo en la oración sino también con frecuencia en el diálogo nos falta capacidad de escucha o de percepción de lo que el otro quiere comunicar con gestos, mímica, actitud corporal…
(“En suma ¿has escuchado?”)
Silencio

1) Dios nos habla en y por Su Creación:

Salmo 18: “Los cielos proclaman la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de Sus manos.”
La vastedad del mar, los resplandores del sol en el agua, las nubes que se arrastran por el cielo, que se amontonan sobre las montañas …
El cántico del Sol de San Francisco de Asís (GL 19/2)   
Contemplar – escuchar atentamente – responder: alegre gratitud.
La gratitud sube espontáneamente en nosotros.
Pero ¿a quién debemos agradecer?

Guy de Larigaudie (1908 – 1940):
“Toma en tus manos todas las bellezas de este mundo y lleva su alabanza ante el Señor.”

Y además toda la miseria de este mundo:
¡Laméntate! (¡Salmos de lamentación y acusación)

Silencio

2) Dios nos habla en el encuentro con los seres humanos:
Don – Tarea – responsabilidad
Diálogo sin palabras: juego de ajedrez.
Cada jugada – tarea,
cada contrajugada – respuesta.

“Los relatos del Chassidim”: El rabino y el niño abandonado.
“Una vez la víspera del día de la reconciliación, se reunió toda la comunidad del rabino Mojsche-Lejb en la casa de oración. Pero el propio rabino no llegó. Él había recomendado claramente que nunca se le debía esperar para la oración. Por eso se entonó la oración Kol-Nidrej sin él. Más tarde apareció el rabino. La gente investigó por qué había llegado tan tarde y había faltado a tan importante oración y se enteraron de lo siguiente: Cuando el rabino iba a la oración, de camino oyó a un niño llorar en una casa. Entró y vio que la madre se había ido a la oración y el niño se había quedado solo. El rabino tuvo compasión del niño y jugó con él hasta que estuvo cansado y se quedó dormido. Entonces se marchó a la casa de oración para rezar el Kol-Nidrej.

Silencio

3) Dios habla por medio de todo “examen”, por medio de toda “inspiración”…   

En un examen muy ‘natural’ tal vez Su Palabra/Su respuesta:
se me ocurre una palabra de la Sagrada Escritura,
un diálogo olvidado hace mucho tiempo,
un pensamiento de un libro…
O: encuentro fuerza, tranquilidad, nueva energía, paz, paciencia…
Su respuesta.
Condición previa:
Silencio, concentración, sosiego…,

Silencio

4) Encuentro con Dios en una oración ‘sin palabras’:

Comparación: Comprensión callada y sin palabras entre seres humanos.
(Vela silenciosa ante la cama de un enfermo; apretar las manos…
paseo en silencio y, sin embargo, ‘elocuente’…)

Silencio

5) Dios habla por medio de Jesucristo…

y ha hablado mucho tiempo
(contra nuestro silencio, contra nuestra falta de interés…)
Jesús a Felipe: “Tanto tiempo he estado entre vosotros y ¿no me has reconocido? Quien me ha visto a Mí ha visto al Padre.” (Jn 14,9)

Lectura de la Escritura y contemplación de la Escritura:
-    Palabras de Jesús (hoy, para mí)
-    El mensaje de Su obrar, de Su vida (hoy, para mí).

Silencio

6) Resumiendo. “¡Buscar y hallar a Dios en todo!”

O exactamente también: “¡En todo orar!”
Todo el día, todo lo que me encuentre y todo lo que haga así se puede convertir en oración.

“Dios no está lejos de vosotros.
Pues en Él vivimos, nos movemos y existimos.”
(Pablo en el areópago/ Hch 17,27 s).

Teilhard de Chardin:
Cristo – Punto Omega,
aquel Punto dinámico, en el que toda realidad confluye:
“Todo fue creado por Él” (Col 1,16 s)

“Ninguna cosa nos puede influenciar por su fondo,
sin que en él resplandezca sobre nosotros el fuego universal.”

La realidad de Dios se desvela en la realidad de las cosas “como el sol en las esquirlas de un espejo roto.”
El mundo es “ámbito divino”.

Ignacio: “¡Todo a mayor gloria de Dios!”

Silencio

…exactamente igual que entre seres humanos:
Quien no permanece en diálogo con los demás
pone la relación en juego.

Amén.                                                                   
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