Homilía para el Miércoles de Ceniza
22 Febrero 2012
Interpretación de la cruz de ceniza
Autor: P. Heribert Graab S.J.
Con gratitud por una sugerencia fundamental del
P. Ansgar Wiedenhaus S.J.
Ceniza: un símbolo antiquísimo de lo efímero:
“Considera, hombre, que eres polvo
y en polvo te convertirás.”

Ceniza: un símbolo de la miseria humana.
Job, como expresión de la indecible miseria,
a la que ha llegado,
esparce ceniza sobre la cabeza (Job 30,19)

Ceniza: símbolo del sentimiento de penitencia.
“Hacer penitencia con saco y ceniza.”
(Penitencia pública en cristianismo temprano.
Generalización con la cruz de ceniza para todos).

Ceniza: símbolo de purificación.
o mejor de penitencia, conversión y deseo de purificarse:
Costumbre romana en el Año Nuevo de lavarse con ceniza;
lejía de ceniza como producto de limpieza aún en tiempos de nuestras tatarabuelas para fregar platos y suelos.
“Señor, borra mi delito por tu gran misericordia”
(Antífona de la imposición de la ceniza)

Ahora se dice:
“¡En Colonia ¡la cruz de ceniza es una sacramento!”
Y oficialmente la cruz de ceniza es considerada en la Iglesia como un sacramental.
Pero un sacramento hace visible el amor de Dios.
¿Cómo puede la cruz de ceniza hacer visible el amor de Dios
y, por consiguiente, ser un símbolo del amor universal de Dios?
En la búsqueda de una respuesta a esta pregunta
nos puede ayudar la leyenda del ave fénix:
 
fénix, relieve, Stiftskirche, Millstatt

Ya en la mitología egipcia existe Benu,
la mayor parte de las veces representado en forma de una garza, que se abrasa a la salida del sol en el calor de la aurora
y de sus cenizas surge de nuevo rejuvenecida.

A la Grecia antigua fue transmitida como fénix.
Después en la antigüedad tardía el fénix se convirtió en símbolo de la incorruptibilidad, que tenía la capacidad de regenerarse si le herían los enemigos.

Entre los cristianos se convirtió en símbolo de Cristo resucitado y en símbolo de la nueva vida,
que Cristo ofrece.

Por eso la ceniza también es símbolo de la fecundidad y con ello símbolo de la nueva vida.
(La ceniza es y fue utilizada como abono.)

Además en la Liturgia la ceniza se impone en forma de cruz.
Mediante Cristo resucitado, la Cruz de la infamia
se transformó en un signo de bendición,
en un signo de vida.

La ceniza y tanto más la cruz de ceniza es,
por consiguiente, una sacramento o mejor un sacramental, que hace visible el amor dador de vida de Dios.
Por tanto, ¡los habitantes de Colonia tienen razón!

Porque la cruz de ceniza hace visible el amor de Dios es, al mismo tiempo, un “sacramento de estímulo”, que nos dice:
Podemos abandonar todo temor,
Dios nos ama verdaderamente.
Podemos confiar en el amor de Dios sin reservas y dejarnos caer en Su amor.
Nada nos puede separar de este amor
-    ni todos los fracasos y frustraciones,
-    ni las decepciones de nuestra vida,
-    ni la miseria, bajo la cual sufrimos
-    y ni siquiera nuestro fallo y nuestra culpa.
Todo esto es abrazado por Dios.

Por consiguiente, dejémonos alentar por la imposición de la cruz de ceniza para empezar
continuamente de nuevo y abordar la vida con todos sus desafíos llena de alegría, gratitud y confianza.

Amén.